Lengua y literatura
Fragmento de la Ilíada:
“…Cuando
Aquiles hubo saciado sus deseos de llanto, miró compasivo al encanecido anciano
e invitándole a tomar asiento, le dijo: "¡Desdichado, cuantas desgracias
ha soportado tu corazón! Aunque los dos estemos afligidos, dejemos reposar en
el alma el dolor, el gélido llanto para nada aprovecha, pues lo que los dioses
han hilado para los míseros mortales es vivir entre congojo, mientras ellos
están exentos de cuitas. En los umbrales del Olimpo hay dos toneles con dones
que el dios reparte: en uno, están los pesares y en el otro las alegrías. Aquel
a quién Zeus los da mezclados, unas veces topa con la desdicha y otras con la
ventura, pero el que solo recibe pesares, vive con afrenta y va de un lado a
otro sin ser honrado, ni por los dioses, ni por los hombres. Así, los dioses
otorgaron a mi padre, Peleo, grandes mercedes desde su nacimiento: aventajaba a
los demás hombres en felicidad y riqueza, reina sobre los mirmidones y, siendo
mortal, tuvo por esposa a una diosa. Pero también le impusieron un mal: que no
tuviera hijos que reinaran en palacio tras su muerte. Tan solo uno engendró,
cuya vida ha de ser breve. Además, no le puedo dar el consuelo de cuidar su
vejez, al estar tan lejos de mi reino. Piensa que tú también reinaste rico y
dichoso sobre Lesbos y desde la Frigia hasta el Helesponto inmenso. Pero los
dioses te trajeron la plaga de la guerra. Súfrela resignado y no consientas que
se apodere de tu corazón el pesar continuó, pues quizás tus desgracias no hayan
concluido…”
Interpreto a través de una representación gráfica el fragmento de la Ilíada
Representación gráfica |
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